En general, toda imagen da pie a una reflexión o cuando menos, causa una reacción en el ánimo de quien la contempla. Ese es el poder de la fotografía y cuanto más honda sea la reacción, más valor da a la imagen, independientemente de sus cualidades técnicas.
A partir de ahora vamos a acompañar la foto del mes de un breve comentario.
La foto de junio fue tomada por Iñigo Oyarzabal en Finlandia en el transcurso de la Border to border de este año y él mismo la titula “Sopa de salmón”. Para mí es una foto redonda, que ha sabido captar esa atmósfera de un descanso de los deportistas en un refugio de lona improvisado en mitad de la travesía y caldeado por la cocina. Hambrientos, cansados, enfrascados en sus pensamientos, tomando fuerzas para el camino que todavía les queda.
No voy a descubrir nada nuevo si hago un paralelismo entre el deporte y la guerra pero creo que si Iñigo hubiese entrado con su cámara en una tienda instalada en mitad de un frío campo de batalla en una de aquellas guerras del Japón medieval que describe Kurosava en “La sombra del guerrero”, la imagen que hubiese obtenido sería la misma, Xabi, en primer plano, parece haberse despojado de su yelmo y sus armaduras y tenerlas a los pies para apresurarse a ponérselas y salir de nuevo a la batalla sin perder tiempo y los rostros serios y absortos de sus compañeros acentúan la gravedad del momento. Aunque la sopa hubiese sido de soja y los recipientes de cerámica, el vaho que llena el habitáculo hubiese sido el mismo.
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