Recuerdo una imagen que hace años nos impactó adornando las vallas publicitarias. En el último entrenamiento hablamos de este anuncio y lo he encontrado en Internet. Era un anuncio de la marca de neumáticos Pirelli, con un Carl Lewis con su físico pletórico, preparado, como si estuviera en los tacos de salida, para iniciar la carrera. Era chocante ver al Hijo del Viento con sus zapatos de tacón de aguja. El lema se tradujo al español como “la potencia sin control no sirve de nada”.
Los malos esquiadores corremos con nuestros zapatitos claramente inapropiados, nos empeñamos muchas veces en mejorar nuestra preparación física, corremos, entrenamos en bici, machacamos con el convencimiento de que la mejora de la potencia va a mejorar nuestras prestaciones y, sin embargo, hacemos poco o nada por mejorar el control.
El desarrollo de una buena técnica es fundamental en nuestro deporte. Esta obviedad conviene recordarla cuando vemos a muchos esquiadores “intermedios”, que han alcanzado un nivel aceptable, entrenar su capacidad física con empeño sin preocuparse de mejorar la técnica. ¿Cuándo fue la última vez que hice un ejercicio de técnica, que esquié sin bastones, que traté con mis compañeros de esquí de analizar mi forma de esquiar para mejorar mis defectos?
“La potencia sin control no sirve de nada”
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