jueves, 11 de noviembre de 2010

La prueba del papel

¡Atento todo el mundo!, ya olemos la nieve, las tiendas se van surtiendo de material… es hora de comprar esquís. La ceremonia de la compra de un nuevo par de esquís debería incluir siempre, dentro de su protocolo, la prueba del papel, además de otras comprobaciones básicas.

El sistema antirretroceso de nuestros esquís de clásico, basado en algún sistema de retención alojado en la suela, hace que la construcción del esquí sea muy particular, presentando un arco para evitar el contacto con la nieve de ese sistema de agarre durante la fase de deslizamiento. La rigidez de ese arco debe ser tal que permita aplastarlo contra la nieve en la fase de agarre para que el sistema antirretroceso actúe en ese momento. Ese grado de rigidez preciso es, sin duda, la característica más importante a la hora de adaptar el esquí al peso de cada uno.
La elección se hace en función del resultado en una prueba del papel, de sobra conocida por todos. En esta prueba el papel sirve de sistema de medición, a una escala de milímetros o décimas de milímetro, para la distancia entre la suela del esquí y la superficie sobre la que apoya. A un nivel más profesional hay aparatos como el del inicio de este vídeo sobre pulido a la piedra, que pueden llegar a calibrar con una precisión exquisita ese espacio bajo la suela y sus dimensiones, tanto en altura como en longitud.


Alguien podría pensar que este tipo de aparatos son una sofisticación innecesaria pero, cuidado, la precisión en esta medición no es ninguna broma. La cosa llega a tal punto que habréis oído más de una vez que un esquí para klister necesita un arco más duro que uno para bote, pues bien, la razón está ahí: la cera klister, por sus características, produce una capa más gruesa bajo el esquí que la cera de bote y, por tanto, éste debe ser más duro para dejar ese espacio extra bajo la suela. No tener esto en cuenta y esquiar con un esquí más blando supone el rozamiento de la cera en la fase de deslizamiento con dos efectos: enlentecer el esquí y hacer que la cera se pierda mucho más rápido y deje de agarrar antes, sobre todo en nieve helada. Vemos entonces que el resultado de la prueba del papel debe ser diferente en el esquí en función de las ceras que vayamos a usar, pero ¿y los esquís con otros sistemas de retención? Lógicamente, el esquí de escamas debe ser más blando, el contacto con el suelo debe ser total atrapando el papel sin que se pueda mover en absoluto al cargar todo el peso, ya que el agarre se hace directamente con la suela dentada sin nada entre la suela y la nieve. En los esquís “zero”, que sospecho que dadas las condiciones climáticas cada vez se irán haciendo más populares, la retención se realiza mediante los pelillos que sacamos a la suela por lijado. Cuando uno imagina esos pelillos, difícilmente puede pensar en una estructura que sobrepase la escala submilimétrica. Por tanto, en este tipo de esquís el arco deberá ser más bien blando, un esquí duro para klister no agarraría con un lijado que no llega a contactar.
Aclarar finalmente un concepto erróneo en la interpretación del test del papel. Esta prueba no sirve para determinar la longitud de la zona de encerado de la suela más que de una forma aproximada. La utilizaremos para comprar los esquís más apropiados para nosotros según el uso que les queramos dar. Luego tendremos que ir a la nieve con esos esquís y en un ensayo personalizado de prueba error, cuya explicación podéis ver aquí, determinaremos la longitud apropiada de encerado para esos esquís, en ese tipo de nieve y para ese esquiador en particular. Hay, de todas formas, quien propone usar la prueba del papel para determinar la zona de encerado de la siguiente manera: con el peso cargado sobre los dos esquís, la zona por la que podamos pasar el papel atrás y adelante determina la zona de encerado para ceras de bote; con el peso sobre un esquí, esa zona se reduce delimitando la zona de encerado para klister; finalmente, si nos ponemos de puntillas sobre un esquí y rebotamos varias veces, veremos que sigue habiendo una zona rígida donde el papel todavía puede moverse, esta zona central bajo el pie nos permitirá encerar con más capas que el resto.
La técnica de prueba error sobre la nieve tiene la ventaja de que toma en consideración aspectos de técnica y fuerza del esquiador que no se pueden reflejar en una prueba del papel, tened por seguro que, aunque Bjorn Daehlie y yo pesemos lo mismo, vayamos a la misma tienda y compremos los mismos esquís, no vamos a encerar igual… por la cuenta que me trae.

Rafa

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