viernes, 5 de junio de 2009
Elección de esquís
En esta época del año en la que la nieve queda tan lejos, además de mantenernos en forma practicando otros deportes, es el momento de planificar, entre otras cosas, las necesidades de material para la próxima temporada. La elección de esquís es, sin ninguna duda, la decisión más importante en este sentido y conviene dedicarle un mínimo de reflexión.
Cuando hablamos de esquís de gama alta, hay que aclarar que las características de dureza deberán ser diferentes si queremos esquís para nieve polvo o esquís para nieve húmeda, tanto en clásico como en skating. Naturalmente, el esquiador medio, sin ganas de complicarse la vida ni el bolsillo, podrá buscar una solución de compromiso, asumiendo sin problemas las limitaciones que ello supone y disfrutando también del uso de unos buenos esquís.
Al comprar un par de esquís nuevos, además de fijarnos en la marca, dirigiendo la compra en función de nuestras preferencias, debemos examinar los esquís y tratar de hacer las comprobaciones mínimas exigibles para ver si están bien construidos y se adaptan a nuestras necesidades.
Si bien las experiencias previas con ese modelo que tanto nos gusta son muy importantes, quizá el no limitarnos a una sola marca nos permita elegir entre una mayor oferta de esquís de distintas características.
Lo primero es comprobar posibles defectos de construcción del esquí.
-La simetría. Al presionarlos base contra base, ambos deben cerrarse de forma simétrica. Esto nos indica que la dureza de ambos es la misma, cosa que no siempre ocurre.
-La flexión de los extremos. Al presionarlos base contra base, las espátulas ni las colas deben poder separarse en exceso. Si lo hacen, además de lentos, los esquís serán más inestables. Un cierto grado de separación es aceptable en esquís blandos.
-La base. Comprobar que es plana con una regla puesta de forma transversal en todo el recorrido de la base. Abolladuras o concavidades dificultan el correcto parafinado. Fijarse también en posibles imperfecciones de los cantos.
-El canal. Comprobar que sea recto y sin defectos.
En cuanto a la adaptación del esquí a nuestras necesidades, lo primero sería seguir el consejo del fabricante en cuanto a la relación entre peso/estatura y longitud/dureza del esquí.
Sin embargo, puede haber matices en función de nuestras necesidades.
Una vez descartados posibles defectos, es muy importante determinar la dureza de los esquís.
En los de clásico, colocados los esquís base contra base, al presionar debe haber contacto en la parte trasera hasta la altura del talón, estos esquís no los enceraremos más atrás de este punto y corresponderían al grado de dureza recomendable en la mayoría de los casos. Esquiadores de competición, con muy buena técnica y forma física, pueden preferir esquís más duros, donde el cierre entre ambas bases termine más atrás del talón. Esquís sin duda más rápidos, pero con mucho menos agarre en las subidas.
Los privilegiados que puedan tener dos pares, uno para nieve polvo y otro para nieve húmeda, elegirán los segundos un poco más duros, para evitar en lo posible que la cera klister contacte con la nieve en la fase de deslizamiento, lo cual además de frenar el esquí, recogería mucha más suciedad de la huella.
El test del papel nos informará de forma más precisa sobre la dureza de los esquís. Apoyados sobre los dos esquís el papel debe deslizarse sin problemas por detrás de la fijación hasta 10cm y por delante hasta 20cm aproximadamente. Al apoyarnos sobre un pie, con el talón levantado, nos tiene que costar mover el papel. En los esquís para klister nos debe costar un poco menos moverlo.
Quien utilice únicamente esquís de escamas, no debe renunciar, por supuesto, a la calidad de construcción del esquí ni a una buena base. Únicamente advertir que debe elegir un esquí más bien blando, no será muy rápido, pero al menos un buen contacto con la nieve ayudará a subir en esas nieves duras en las que tanto fallan estos esquís. En el test del papel, apoyados sobre un pie, el papel debe quedar atrapado.
Los esquís de skating deben ser más duros que los de clásico y tanto los cantos como el surco deben ser bien marcados, aquí también podemos hacer la distinción entre esquís para nieve polvo y húmeda, si bien esta diferencia es menos crítica que en los de clásico.
Las bases de los esquís de hoy en día, de polietileno sinterizado, permeables a la cera y con un rendimiento impresionante, se fabrican en versiones para nieve fría y húmeda. Quien disponga de dos pares elegirá la base correspondiente a cada uso.
Dos advertencias, para terminar:
1 El mejor esquí de alta gama no nos funcionará correctamente si no se adapta bien a nuestras características.
2 Cuidado con elegir, en nuestro afán por deslizar, un esquí demasiado duro que nos penalice en las subidas.
La máxima es clara:
queremos esquís para disfrutar.
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Muy bueno el artículo y oportuno pues tengo que cambiar de tablas esta temporada. Si podeis colgar otro artículo de piernas, me vendría genial, también tengo que cambiarlas.
ResponderEliminarManu