Sin embargo, si lo que buscamos es diversión y velocidad y tenemos la destreza suficiente, los roller rápidos están hechos para nosotros. En la medida en que las carreras de este deporte se consoliden puede haber gente que busque ser competitiva en ellas sin pensar necesariamente que está entrenando para el invierno, ¿por qué no? ya ocurre en otros países con mayor implantación de este deporte.
Circuitos como el de la carrera de Uharte, por ejemplo, nos hacen ver que el rollesquí puede ser algo más que echar el higadillo en las asfixiantes rampas de un puerto de montaña bajo un sol de justicia.
Respecto a la diferencia de concepto entre lo que sería una práctica del rollesquí como medio de entrenamiento para el esquí de fondo o como fin en sí mismo, vemos que hay una cierta diferencia entre los países del centro y sur de Europa (sobre todo Italia, con algunos especialistas dedicados sobre todo al rollesquí) y los países escandinavos donde, sin duda, se entiende este deporte únicamente como complemento del esquí. Esto hace que los nórdicos prefieran las ruedas lentas frente a las rápidas. De hecho, la FIS se está pensando la posibilidad de organizar carreras con ruedas lentas, propuesta que ha generado cierta controversia en el mundillo según podéis ver aquí. La cuestión es la siguiente: ¿el uso de ruedas lentas ayudará a la promoción de este deporte animando a más gente a participar como sugiere la propuesta de la FIS? o, por el contrario, ¿le restará atractivo reduciendo su espectacularidad, como sostienen los incondicionales del rollesquí?
De todas formas, habrá que ver qué dicen las generaciones jóvenes en esos países nórdicos en un deporte, el esquí de fondo, que parece cambiar día a día buscando siempre una mayor espectacularidad.
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