Huir por la puerta de atrás

En este final de temporada, cuando todos, quien más quien menos, empezamos a desconectar del esquí de fondo y a mirar en otras direcciones más de manga corta, las noticias no resuenan con el eco de hace unas semanas durante, por ejemplo, la celebración de los Campeonatos del Mundo. Es normal. No es extraño, por tanto, que si nos dicen que uno de los mejores esquiadores del mundo de los últimos años (campeón olímpico y del mundo) ha dado positivo en un control antidoping, la noticia suene con sordina, como si se comentara por bajinis o quien la contara no estuviera seguro del todo: me suena que fulanito ha dado positivo, pero no sé, se habla tanto.

La realidad, una vez más la cruda y triste realidad, es que Andrus Veerpalu ha dado positivo. Cuando hace un mes los aficionados de todo el mundo nos lamentábamos de su ausencia en este mundial y su retirada, con la excusa de sus problemas de salud, no sospechábamos que asistíamos a un intento de huida por la puerta de atrás, después de haber sido pillado en falta, del veterano héroe estonio que en el mundial de Liberec consiguió para su país la única medalla de oro que Noruega dejó escapar en categoría masculina.

El análisis y contraanálisis han sido positivos para hormona de crecimiento. Ese es el hecho objetivo. Odd-Bjorn Hjelmeset, el crack noruego, hace una valoración subjetiva: Uno no empieza a doparse a los 40. Que cada cual saque sus conclusiones. Yo no conozco ese mundo, ni soy capaz de imaginar qué recónditos caminos pueden llevar a un deportista o a un entrenador a visitar la rebotica de un farmacéutico sin escrúpulos. Ante una noticia como ésta sólo puedo decir una cosa: ¡Mierda!

Rafa