El rollerski es una disciplina vinculada sin remedio al esquí de fondo. A quienes los glaciares alpinos nos pillan a desmano y queremos mantener un entrenamiento consistente fuera de temporada nos ocurre que, en nuestro cómputo final de horas de esquí al cabo del año, repartimos por igual nuestro tiempo deslizando sobre el asfalto y sobre la nieve o, si me apuráis, le dedicamos más al negro elemento si vivimos en ciudades alejadas de la nieve.
En esta foto de Lurdes, sacada en la subida al Soulor desde Arrens, se refleja el contrasentido aparente de esquiar sobre el asfalto teniendo ahí la nieve. La cara de Manu (que conozco bastante bien) parece querer decir a la fotógrafa: -Aprovecha, que no me vas a ver por mucho tiempo en éstas. Al día siguiente nos estrenamos con una bonita esquiada.
Esta suele ser una época de transición en la que apuramos el entrenamiento a la espera de esas primeras nevadas. Este año ha habido suerte y ya estamos esquiando.
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